Compartimos con vosotros el texto que ha preparado Aritz Azparren para daros a conocer mejor el proyecto de Uganda, con el que queremos colaborar de modo especial durante la próxima "semana solidaria" que empezará el uno de junio y finalizará con el último de los conciertos de fin de curso, el 10 de junio.
"Uganda no es un país de emergencias. Han vivido un proceso de guerras y
guerrillas que ha durado 30 años y que finalizó hace apenas 10. Sin embargo, la
población parece haber alcanzado un equilibrio e incluso entre ellos se
sorprenden de que haya pasado todo aquello. La guerra es, por tanto, un mal
sueño que ya pasó. Sin embargo, los efectos de todos estos procesos bélicos
todavía son fáciles de percibir. De entre los miles de desplazados que generó
la guerra todavía son muchos los que están regresando a sus antiguas tierras y
se encuentras con que han sido ocupadas por otros. Estando el proceso de
escrituración de las tierras en marcha por primera vez en la historia del país,
estas familias se encuentran indefensas e incapaces de probar que esas tierras
realmente les pertenecen. En otros muchos casos, sus casas fueron desvalijadas
o destruidas y, a causa de la inseguridad generada por la guerrillas, el
esfuerzo humano que requería la construcción de unas buenas casas resultaba
excesivo.
Este último es el caso habitual en Moyo, donde tiene lugar actualmente Vura
Music Project. Son los propios vecinos de Moyo los que admiten que el nivel de
desarrollo de su Distrito era mucho mayor antes de la guerra, en los años 70,
que a día de hoy. La población ugandesa tiene asumido generalmente que existen
roles de mujeres y roles de hombres. Se podría afirmar que la relación de
género es similar a la que teníamos aquí hace 50 años: las mujeres deben
quedarse en casa y cuidar de la familia mientras los hombres salen fuera de
casa en busca del sustento. En una comunidad en la que el 80% de la población
practica la agricultura de subsistencia, esa es la labor primordial del hombre:
trabajar el campo.
Sin embargo, estas labores tenían como objetivo la mejora de la situación
familiar, la seguridad de la misma, principios estos que quedaron en entredicho
a causa de la guerra. ¿Qué sentido tiene construir una casa mejor, más sólida,
si los soldados y guerrilleros tienen la capacidad de destruirla en una tarde?
¿Para qué buscar la seguridad de una familia que de suyo no se puede
garantizar? De esta manera, los hombres se han abandonado en su mayoría. Ya no
sostienen a la familia. Se han entregado al ocio. Por su parte, las mujeres
siempre han sido responsables directas del bienestar de la familias, sobre todo
de los niños. Esta labor ha permanecido inalterada. Siempre permanece
inalterada. Por pura responsabilidad, las mujeres han seguido trabajando y han
tenido que asumir muchas de las responsabilidades propias de los hombres según
su cultura.
La pérdida de las tradiciones y folclore en Uganda es alarmante y tiene un
origen común con el desequilibrio social descrito. A fin de cuentas, hablamos
de cultura.
En una sociedad desequilibrada, excesivamente segmentada, un cambio social
es necesario. Vura Music Project se propone trabajar una serie de elementos
básicos para desencadenar un proceso que lleve a dicho cambio. Se apoya en una
iniciativa cultural y educativa previa: la banda de música de Moyo, circunscrita
a la escuela de primaria Moyo Boys. Dicha banda, con una historia de 10 años a
sus espaldas, carece de profesores formados que puedan dar clases de
instrumento y lenguaje musical. Fue su fundador y director, Luke Anyama, quien
nos pidió acudir a ayudarles. Nosotros decidimos crear una escuela de música
alrededor de la mencionada banda.
A parte de los objetivos académicos propios de cualquier escuela de música,
nuestro proyecto quiere trabajar aspectos vitales que son, de hecho, la parte
más importante del proyecto. La música es una actividad transformadora y
participativa. Niños y niñas podrán aprender juntos, cooperar, y hacerlo en pie
de igualdad. La sociedad Madi, que habita en Moyo, se caracterizó en el pasado
por ser devota del trabajo duro, del compromiso. Nos planteamos recuperar poco
a poco esta actitud, que se extendía a los estudios, a través de los siguientes
puntos:
- Trabajo en pie
de igualdad: En la música los niños y las niñas tienen las mismas
posibilidades de progresar. Deberemos prestar especial atención para que
la estructura social no traiga como consecuencia que las niñas tengan que
abandonar prematuramente sus estudios musicales.
- Compromiso: Como
hemos dicho, la música es cooperación. Si cualquiera de las partes falla,
el conjunto se resiente. Debemos enseñar a nuestros alumnos que así es en
todas las facetas de la vida.
- Responsabilidad:
Cada alumno tendrá en préstamo un instrumento musical, del que será
responsable y deberá aprender cómo cuidarlo.
Durante el año 2015 seguiremos dando clases de trompeta, trombón y lenguaje
musical y comenzaremos con el piano. Para el año 2016 queremos abrir una
segunda sede en la ciudad de Gulu, con clarinete y flauta travesera. De esta
manera, podremos realizar actividades comunes."
Más información en:
vuramusicproject@gmail.com
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